Medicina estética real, sin filtro, trucos ni reels engañosos

paciente modelo

Tiempo de lectura: 10 minutos

¿Por qué la medicina estética no puede entrar en el juego del marketing sin escrúpulos que se teje en las redes sociales? Aquí, en un ping-pong para leer de corrido, la doctora Beth Carrasco, médica cirujana y experta en medicina estética, integrativa y autóloga, responde y despeja dudas. 

Insiste, entre otros conceptos, en la importancia de una regulación urgente para que los pacientes “no caigan en manos inescrupulosas” y en conservar la ética médica como faro de todos los procedimientos estéticos.  

¿Se libra una guerra salvaje y marketinera en las redes?

“Si bien entendemos que los profesionales dedicados a la medicina estética queremos llegar a las redes sociales para que se conozca nuestro trabajo, tampoco podemos desconocer que las redes se han convertido en un medio de consulta frecuente, fácil y común para nuestros pacientes, y también rentable para las empresas.

Por eso, la medicina estética no puede entrar en el juego del mercado sin escrúpulos y engañoso que también nos ofrecen estas redes”. 

“Las personas se ven atraídas por resultados mágicos y de forma inmediata. Y en la guerra salvaje y marketinera, los médicos y sus equipos de márketing buscan atraer a clientes con resultados y cambios que sobrepasan la realidad”. 

¿Se puede vivir mejor en el cuerpo que habitamos?

“Hace 14 años me dedico a la medicina estética, y enhorabuena he visto cómo este mercado ha crecido, pasando de ser una práctica que hasta hace unos años se consideraba sólo cosmética y a la que no se le daba ningún valor científico, a convertirse en una especialización clave y respetada dentro de la medicina”. 

“Poco a poco, hemos crecido en conocimientos, en ciencia y evidencia, así como también en laboratorios con productos certificados, estudiados y con prestigiosas escuelas de formación. También con millones de artículos y libros científicos que nos han permitido decir con certeza que hacemos medicina, que se trata no solo la piel de nuestros pacientes sino que se previene el daño celular e impacta en el envejecimiento. Sin lugar a dudas, además, se trata de procedimientos que tienen un impacto muy grande en las emociones de nuestros pacientes y en su vida social para un mejor vivir en el cuerpo que habitamos”. 

¿Vivimos a merced de los filtros, los likes y los reels? 

“La praxis en medicina estética debe conservar la ética médica. Pero se ha caído en los famosos filtros y trucos de videos, en competir con colegas por quién tiene rostros y resultados más impactantes, con más uso de productos. Una competencia por cosechar cada vez más likes, sin recordar que nuestros pacientes son seres humanos con emociones, que cuando nos consultan quieren mejorar algo que no les gusta de su rostro, su cuerpo o su cabello”.

“Los pacientes llegan al consultorio, muchas veces, sometidos por presiones sociales o cambios naturales que los hacen sentir inseguros con una parte de su cuerpo, y están a merced de estos reels que copan las redes sociales y que prometen terminar instantáneamente con su padecimiento estético”.

Huella estética: ¿positiva o negativa?

“La realidad es que aunque tenemos tratamientos que de forma inmediata pueden cambiar la estética de un rostro, como por ejemplo el diseño de labios, el de nariz o una armonización facial, no podemos olvidar que los tejidos son sometidos a traumas que requieren tiempo de recuperación, de una forma controlada y que es menor al de los tratamientos quirúrgicos, pero que al final cada individuo responde diferente a la inflamación y el impacto de los productos en la piel”.

“Muchos de esos productos que usamos como inductores de colágeno no tienen resultados inmediatos, y en cada procedimiento estamos creando una huella estética que puede ser positiva pero también negativa, como por ejemplo cuando incurrimos en cantidades excesivas de un producto. Porque la estética, como cualquier rama de la medicina, puede tener complicaciones que requieren de una corresponsabilidad entre médico y paciente”. 

Sobre regulaciones y consentimientos

“Por un lado, estoy totalmente de acuerdo en que, como médicos estéticos, debemos mostrar un resultado, pero la manera en que se ofrecen nuestros servicios a los pacientes tienen que exigir ciertos parámetros”. 

“Se precisan de estándares mínimos de realidad y transparencia, y que los pacientes tengan el conocimiento de que la medicina estética requiere de valoración médica, información y consentimiento. Y que los resultados no son comparables con otras personas, porque cada caso se trata de forma individual”.  

La magia y las manos inescrupulosas

“La magia de los videos y los filtros no son reales. Requerimos de una regulación urgente para que los pacientes no caigan en manos inescrupulosas, no idóneas, o de profesionales que tienen las formaciones pero que usan estos trucos para generar impacto y fama”.

“Al final del camino, todo esto contribuye a desinformar a los consumidores y usuarios de las redes sociales, generan expectativas irreales a los pacientes y terminan exigiendo a los médicos resultados imposibles de cumplir”.

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