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Gabrielle Chanel, más conocida como Coco Chanel, solía decir:
«La naturaleza te da la cara que tienes a los veinte; depende de tí merecer el rostro que tienes a los 50»
A los cirujanos plásticos nos entrenan en «saber mirar». Va más allá de lo médico, se entrelaza con lo meramente artístico. Quizás sea la única especialidad quirúrgica que tiene esa particularidad. Es innato, después de un tiempo, observar inconscientemente a alguien y evaluar sus rasgos, sus formas, su piel.
Como el órgano más extenso del organismo, la piel cumple varias funciones (hasta 21 según los textos de la especialidad). Existen medidas sencillas y básicas que ud puede (y debe) tomar para cuidarla. No sólo por cuestiones de belleza, sino por su salud.
Una dieta deficiente en vitaminas y minerales no ayuda a contrarrestar el estrés oxidativo ni el envejecimiento celular. Por otra parte, dietas ricas en carbohidratos simples o grasas aumentan el panículo adiposo rápidamente y tensan las fibras elásticas de la piel, provocando las conocidas «estrías» o vergeturas, que no son más que cicatrices de la dermis, su capa intermedia. Estas NO DESAPARECEN. Pueden mejorar, enmascararse, pero no existen tratamientos 100 % efectivos.
Ingerir abundante líquido, sobre todo en el trópico, ayuda a mantener la hidratación cutánea, evitar que se reseque demasiado o la epidermis se quiebre rápido.
El daño solar o «fotodaño» es importante en Cuba para las pieles blancas. Pocos saben que la radiación solar es acumulativa, no desaparece simplemente después de ir a la playa y evitar el sol un tiempo. Todo el daño a el ADN, a esos enlaces covalentes rotos por los rayos UV, se expresa con la edad (mecanismos de compensación menos eficientes): desde un simple «léntigo solar» (manchas de la piel) hasta un carcinoma epidermoide (tumor maligno).
La industria de la belleza, que mueve billones de dólares ha promocionado desde hace mucho tiempo los productos «anti». Pocas cosas hay tan falsas como una crema antiarrugas que desaparece «mágicamente» los defectos faciales. NO EXISTEN atajos o soluciones milagrosas. Si bien es cierto que mejoran la calidad de la piel, su efecto es temporal. Sólo actúan sobre las capas más externas (epidermis y una parte de la dermis) dado lo difícil de penetrar un órgano cuya función es servir precisamente como aislante del medio externo y que además crece de adentro hacia afuera. O sea los melanocitos que sean estimulados morirán y se descamarán en días. Irónicamente, quizás la mejor definición de estos productos sea: «belleza efímera».
Las modas, los outfits, las tendencias pasarán. Los cambios siempre llevan su cuota de esfuerzo y tiempo. Los resultados nunca son momentáneos. Mantener una estética adecuada, precisa cuidado y atención permanente. Una vida sana, equilibrada, minimizando el estrés mejora nuestra principal carta de presentación. Porque téngalo presente: puede engañar a sus amigos, familia, médico, incluso a usted mismo… pero nunca a su organismo.