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Es una de las cirugías estéticas más demandadas en España, y también en el mundo. ¿La razón? La caída natural que se genera en los tejidos que rodean a los ojos son uno de los primeros signos de envejecimiento. Para revertir esa huella del paso del tiempo, la blefaroplastia busca corregir el exceso de piel en los párpados superiores y las bolsas que aparecen debajo de los. Según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS), es la técnica que ocupa el tercer lugar entre los procedimientos quirúrgicos más solicitados a nivel global, y es la segunda más exitosa entre los hombres. Sólo en España, para entender la magnitud del fenómeno, se realizan unas 30.000 operaciones de este tipo por año, un número que la posiciona en el podio local al tope de las intervenciones quirúrgicas del rostro.
La doctora Ida Parisi es especialista en cirugía y medicina estética, es una de las integrantes del equipo de formación de EIMEC, y con una experiencia de más de 25 años en la profesión, explica cuándo está indicada esta intervención, cómo se realiza y en qué casos no es aconsejada a los pacientes. Parisi responde y agota todas las dudas en esta entrevista sobre la blefaroplastia.
La Dra. Ida Parisi practicando una blefaroplastia.
-Sí, es cierto. La piel de los párpados, o sea la piel periocular, es en absoluto la más delgada de nuestro organismo y, especialmente, la del párpado superior. El espesor va desde los 0.33 a los 0.35 milímetros. Eso quiere decir que es cinco veces menor que el de la piel del resto del rostro. Por tanto, los signos visibles de envejecimiento, como las arrugas del contorno de ojos, aparecen mucho más rápido que en la piel del resto de la cara.
-Está indicada en aquellos pacientes, hombres y mujeres, que desean un rejuvenecimiento de la zona palpebral [párpado superior e inferior] y periorbitaria. Como decíamos, se realiza mediante la extirpación del exceso de piel, músculo y grasa de los párpados superiores e inferiores. De este modo, corregimos la apariencia del párpado caído u ojo cerrado, y muchas veces se resuelven también problemas de visión, lo que se suele llamar vista cansada. Porque muchas veces esta piel caída, sobre todo la del párpado superior, puede interferir en la visión periférica. Generalmente, todo eso ocurre a partir de los 35 años, aunque hay pacientes con tendencia familiar genética a formar bolsas que pueden ser candidatos a la cirugía aún siendo más jóvenes.
Marcaje de la zona.
-Con excepción de algunas pequeñas variantes, la técnica es siempre la misma. Se realiza a través de una incisión oculta en el pliegue del párpado superior o justo debajo de las pestañas en el párpado inferior, y así se consigue acceder a las bolsas de grasas y extirparlas, en el caso de que las hubiera. En ocasiones, se puede acceder también por vía transconjuntival; lo que significa que podemos acceder por la parte interna del párpado. Esto se hace en el caso de que haya sólo un exceso de grasa, pero no un exceso de piel.
-La elección de la técnica quirúrgica tanto como la vía de abordaje se decidirá tras el diagnóstico correcto, la exploración y la discusión de las diferentes opciones con el paciente. Normalmente, es una intervención que se realiza bajo anestesia local. Se le puede añadir también sedación para una mayor tranquilidad, y es una cirugía ambulatoria. La duración es variable en cada casa, y también depende de la complejidad. Es decir, si se hacen ambos párpados o no. Pero en términos generales es una intervención que dura entre una y dos horas.
–No está bien indicada si no hay bolsas o un exceso real de piel. También debo decir que puede no ser conveniente en pacientes muy mayores, en edades muy avanzadas donde se ha perdido completamente el tono muscular de la zona periorbital. Entonces, como hay una flacidez importante consideramos que puede haber riesgo de complicaciones. No hay tratamientos que la sustituyan, o que tengan un resultado comparable al de una blefaroplastia, pero sí hay otros procedimientos que pueden realizarse. Estos pueden ser, por ejemplo, láser de ablativos como de CO2, donde se puede ver una pequeña retracción de la piel, o tratamientos de radiofrecuencias. Obviamente, en esos casos no podemos extirpar con estas técnicas la grasa, pero sí se puede mejorar y disminuir la flacidez de la piel.
-Podríamos decir que antes era una cirugía que demandaban pacientes mayores y, muchas veces, el determinante era el factor de la vista cansada y los problemas de visión nocturna. Ahora, es una cirugía requerida por gente más joven, que empiezan a notar los signos del paso del tiempo y quieren verse mejor. En hombres lo vemos, por ejemplo, cuando dicen en la consulta que quieren tener un aspecto más fresco, una mirada menos cansada. También, hay que añadir que, antiguamente, la tendencia era vaciar toda la grasa y quitar la mayor cantidad de bolsas posible. Hoy en día ya no se hace tanto porque se ha visto que, de todas formas, quitar demasiada grasa -o sea dejar los ojos más hundidos- también es señal de envejecimiento. Entonces, ahora tendemos a ser menos agresivos en este sentido.
–No hay una real diferencia, pero sí en cuanto a resultados que cada uno busca. Por ejemplo, la mujer quiere tener el párpado móvil mucho más limpio, más despejado. Entonces, tendemos a quitar más piel porque va bien para maquillarse y todo el resto. El hombre, simplemente, quiere quitar el exceso de piel, el exceso de bolsas y ya está, con eso está contento.
Curso personalizado de blefaroplastia en EIMEC.
-El objetivo de la blefaroplastia es mejorar el aspecto de los ojos. Bien realizada es una cirugía que no debe alterar la mirada de la persona. Sí, en cambio, tendrá una mirada más descansada, más fresca. Pero no tiene que modificar ni la forma del ojo ni la expresión. Es algo que los pacientes nos preguntan mucho cuando vienen a la consulta. Están muy preocupados de cómo cambiará su mirada, temor a que no se puedan reconocer. Pero eso no tiene por qué suceder.
-Sí, el ojo redondo es, literalmente, cuando el párpado inferior queda más bajo, entonces da este aspecto redondeado del ojo, y es una complicación. Técnicamente lo llamamos scleral show y es, probablemente, una de las complicaciones más temidas en este tipo de cirugía. Para evitarlo hay técnicas, y nosotros hacemos lo que se llama cantoplastia, cantopexia, que es anclar el párpado superior al hueso orbital, de manera que no caiga.
– No, porque nos mantenemos siempre en los tejidos alrededor del ojo. No vamos a tocar el ojo en sí, el bulbo ocular. Sí puede afectar la visión de manera positiva, lo que decíamos antes, en el sentido que mejora la visión cansada. Pero nunca afectarla negativamente.
-Muchos pacientes nos preguntan si hay una edad específica para operarse. No hay una edad determinada. Depende mucho del envejecimiento de la piel y la edad indicada es cuando realmente es un problema para el paciente. No hay que olvidar que, aunque es una cirugía estética, se trata de una intervención quirúrgica delicada en que se pueden generar, como decíamos, complicaciones. Entonces, es fundamental estar en manos expertas y, obviamente, en un centro sanitario adecuado. Además, es una cirugía y como tal necesita su recuperación. El paciente no se verá bien a la semana de una blefaroplastia. Hay que pasar por un proceso de inflamación, seguramente con ojos morados, que no son una complicación sino una consecuencia esperable. Sobre todo porque la piel, como decíamos, es tan finita que, obviamente, deja ver más el morado. Entonces, hay que tener paciencia y saber que el resultado final se verá aproximadamente al mes de la cirugía.
